Una de las formas más conocidas para pelar un tomate es sumergiéndolo en agua caliente, pero ¿sabes cómo hacerlo sin agua? Debes pasarle por toda la piel la parte lisa de un cuchillo, no el serrucho, como si los estuviera raspando o pelando. Después, hacerle la cruz en la base y, tirando de las puntitas lo podrá pelar fácilmente.
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