Una vez que ya tengamos los garbanzos cocidos, primero hay que enjuagarlos y escurrirlos bien con agua. Colocarlos en un recipiente apto para microondas y mezclarlos con una cucharadita de bicarbonato por cada 200 g de legumbre cocida. Calentar un poco en el microondas hasta que los garbanzos estén calientes, y remover.
Llenar un recipiente de agua caliente y añadir los garbanzos. Usando las manos, remover bien las legumbres frotando unos con otros, con suavidad para no romperlos demasiado. Poco a poco irán apareciendo las pieles flotando en el agua.
Escurrir sobre un colador, con cuidado, para desechar las pieles. Volver a llenar con agua y repetirel proceso una o dos veces, hasta que no salgan prácticamente más pieles y el agua quede limpia. Utilizar a conveniencia.
Puede que queden algunos garbanzos sin pelar, aunque casi todas las pieles se desprenden durante el proceso, y las que no lo hacen quedan bien a la vista para poder ser retiradas manualmente.
Fácil, ¿ no? Más fácil que hacerlo uno por uno jaja.