El mercado estadounidense de comida hispana alcanzará los US$8.200 millones este año, con un crecimiento de 8% desde 2009, según un estudio reciente de Packaged Facts, que evalúa el mercado masivo desde hace 50 años.
"La comida es un bien cultural que 'viaja bien' y tiende a ser eminentemente multicultural: no hay una agenda detrás, sólo una demanda basada en los gustos del consumidor que se van moldeando con el tiempo", indica David Sprinkle, director de investigaciones de la consultora.
La tendencia no hará sino alimentarse de tacos y burritos: los expertos proyectan que el negocio de la comida hispana en Estados Unidos crecerá exponencialmente, más de 31% entre 2012 y 2017.
Ahora, ¿cuáles son las razones detrás del fenómeno? Por un lado, los analistas señalan el creciente poder adquisitivo de los hispanos, que ha mejorado en 31% desde 2008 y -según Packaged Facts- se refleja en 83% de los hogares que consumen cada vez más productos asociados a sus tradiciones.
Pero, a la vez, la diversificación del perfil de consumidor es el gran cambio reciente que ha incorporado la cultura latina a los hábitos alimentarios del habitante promedio.
"Muchos han pasado de pedir un sándwich a pedir un wrap, que está envuelto en tortilla y dispara el negocio más allá de si se está comiendo 'comida latina' o no", indica a BBC Mundo Jim Kabbani, director ejecutivo de la Asociación Industrial de la Tortilla, que cuenta con 220 empresas como miembros plenos y otras 260 vinculadas.
Sin embargo, los migrantes latinos y su descendencia hispano-estadounidense siguen marcando el pulso del mercado: no por casualidad el mayor consumo se registra en la costa oeste, con Los Ángeles como la "ciudad de la tortilla" por excelencia, donde se halla el mayor porcentaje de población de origen mexicano.
Curiosidad gourmet
No sólo el crecimiento cuantitativo de consumidores ha alentado el fenómeno sino que, a la par, los analistas han notado que la cocina latina se ha convertido en territorio de "foodies", como se llama a los aficionados a la buena mesa dispuestos a probar nuevos platos.
"Notamos que la percepción de la comida latina ha cambiado más allá de la comida mexicana y ciertamente más allá de los alimentos enlatados o empaquetados. Los consumidores se han vuelto más sofisticados a la hora de pensar en qué es latinoamericano y lo asocian a la idea de frescura y de cierta sofisticación", detalla el analista Sprinkle.
Desde el punto de vista del mercadeo, esta asociación de ideas permite a los productores colocarse en el segmento gourmet o premium, con empaques de calidad y precios más altos y con el valor adicional que da lo "orgánico, saludable o natural", valores que muchos consumidores también asocian con los alimentos latinos, según revelan las encuestas.
Para los entendidos del negocio alimenticio, las posibilidades no podrían ser más auspiciosas: algunas grandes marcas -tanto hispanas como multinacionales tipo Kellogg, Heinz o General Mills- están en proceso de incorporar nuevos productos, como quesos o arroces, o crear variaciones en sus líneas de productos ya existentes inspirados en la cocina del sur del continente.
"Hay que expandirse a otros sectores, más allá de tortillas y salsa, como los dulces o jugos, que aún no están asociados con lo hispano. Y sabemos que puede pasar que algunos productos sean una moda de algunos años y ya, que luego los consumidores se cansen. Pero esperamos que otros, como los condimentos, queden incorporados a la llamada 'nueva cocina americana'", agrega Pérez.
Fuente: ConexiónBrando.com