Leches: buscar las que tienen agregado de vitamina D y calcio para mejorar el sistema óseo en general.
Yogur: con agregado de probióticos, los microorganismos vivos que aumentan el desarrollo de la flora bacteriana.
Margarina: elegir aquella enriquecida con fitoesteroles, para disminuir los niveles de colesterol plasmático.
Huevos: optar por aquellos con agregado de ácidos grasos Omega 3, que disminuyen el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares.
Cereales: seleccione en el supermercado aquellos que vengan con vitaminas, minerales, fibras y ácido fólico, que previenen problemas del cierre del tubo neural.
Además de los alimentos fortificados, hay otros a los que, por el contrario, se les eliminó o redujo un componente para que produzcan menos efectos adversos sobre la salud. Esos también son buenos:
Lácteos descremados: leches, yogures, postres y quesos, ideales para quienes tienen que consumir dietas de bajo contenido en grasa, ya sea para descender de peso o para prevenir problemas relacionados a la obesidad. Los chicos pueden consumir alimentos descremados a partir de los 2 años.
Panes y galletitas bajos en sodio: para mejorar la hipertensión.
Más allá de la información brindada, nunca está de más consultar siempre con su médico de cabecera.
Fuente: RevistaMaru.com